Saskia Sassen: “Ser una ciudad global tiene muchos costos”
Saskia Sassen, socióloga de la Universidad de Chicago
Debates / Entrevista: “Ser una ciudad global tiene muchos costos”
de América Economía, por Felipe Aldunate M., director editorial de AméricaEconomía
¿Cómo reconoces una ciudad global?
Una ciudad es global cuando participa en circuitos altamente especializados. Y es que para entender la economía global hay que desagregarla en múltiples circuitos especializados. Uno de esos circuitos es el de las materias primas, el de la minería, por ejemplo. Otro, el del petróleo. Otro, y quizás el principal de la economía global, es el de las finanzas. Londres posee muchos circuitos y participa con muchos de ellos en la economía global. Es la más global del mundo.
Dices que el circuito de las finanzas es el principal…
Es que hemos pasado a una etapa económica donde la especificidad de una economía nacional viene capturada a menudo por una financiación de los sectores económicos a través de su ciudad global. Esa especificidad importa mucho más de lo que importaba en el mundo keynesiano, donde había una estandarización económica, lo que significaba una integración territorial y de infraestructura a nivel nacional. No siempre se aprovecha. Llama la atención que siendo Chile, por ejemplo, el mayor productor de cobre del mundo, el mercado de los futuros de cobre estén en Shanghai. O que los países de Centroamérica y del norte de Sudamérica usen a Miami como su banca para sus transacciones.
Con las tecnologías existentes, ¿por qué sigue importando la globalidad de una ciudad?
Mientras más globalizada es una empresa y más maneja sus cosas electrónicamente, como en las finanzas, por ejemplo, más necesita de un manejo enormemente complejo: entras a un mundo muy globalizado donde la incertidumbre del mercado, la incertidumbre de los conceptos sociopolíticos, legales, los riesgos, se multiplican. El espacio de la ciudad global ofrece el conocimiento necesario para enfrentar esos mayores riesgos. Es un knowledge capital que tiene que ver con una enorme diversidad de conocimientos parciales de profesionales que requieren las empresas. Operar en estos medioambientes más riesgosos requiere este capital de conocimientos.
Y la ciudad es el espacio físico que ofrece ese conocimiento especializado.
Creo que la ciudad es uno de los espacios que pueden manejar de mejor manera toda la mezcla de este tipo de infraestructura. Dentro de esta infraestructura incluyo cuestiones que tienen que ver con talento y conectividad, es decir, toda una combinación de recursos que se necesitan para manejar cual sea la componente de la economia global. No se trata de un discurso convencional de políticas urbanas. No estoy hablando del desarrollo del transporte ni la planificación de edificios. Pero para ser una ciudad global hay que pagar un precio, ya que esto tiene muchos costos. Además de los costos monetarios de tener una infraestructura adecuada, hay costos sociales, costos cívicos y costos políticos.
¿Cuál es el costo más alto?
Hay muchos y que forman parte de esa creatividad destructiva de las ciudades globales. Genera un dinamismo muy interesante, pero también sienta las bases para mucha desigualdad económica, lo cual muchas veces facilita la violencia.
¿Qué tan retrasadas están las ciudades latinoamericanas en este tema de la globalización?
Latinoamérica tiene una larga historia de interacciones a niveles muy especializados con Europa y América del Norte, algo que no sucede con Asia ni con África, por ejemplo. Eso juega un rol muy importante. A los europeos y estadounidenses de cierta edad les gusta más la idea de venirse a América Latina que la de irse a África, o a Asia. América Latina es una extensión hasta cierto punto europea, es algo más familiar.
Ahora bien, en términos de circuitos, la región se ha ido especializando en ese mundo intermedio entre el recurso natural y todo lo que necesitas para movilizarlo. Algo que muchos países de Asia no tienen, por ejemplo. Es difícil generalizar, pero América Latina ahora tiene que luchar un poco más por su posición y lo hace a través de circuitos mucho más especializados que antes. América Latina ha perdido algo de ese lugar privilegiado que tuvo. A prtir de la postguerra y también a principios del siglo XX, América Latina era un poder. A eso hay que sumar la violencia urbana, que es un factor muy desestabilizador.
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